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06/06/2007 Los partidos se enzarzan en luchas de poder Pactos en San Javier: De la euforia a la incertidumbre El equipo independiente que lidera Arancha Espeso “Y´ASTÁ” se puede leer estos días en la pared de una famosa confitería de La Ribera. El cartel ocupa ahora la pared en la que durante los últimos años se han mostrado las actuaciones y obras más impopulares del alcalde, José Hernández. Hace años, el mismo establecimiento exhibía una quiniela mensual sobre el número de fotos del ex alcalde José Ruiz y su teniente de alcalde, José Anselmo Luengo, en un panfleto municipal (cosas de la vida, este alto cargo del Gobierno regional, solapado en el PP de San Javier por Hernández, hace de negociador de Valcárcel en el municipio para conservar el poder local a toda costa). La pared guarda ya un triunfante silencio. Ignora el muro del dulcísimo negocio que no está todo solucionado. Nada más lejos de la realidad. Si las paredes hablaran, como la de la confitería ribereña, nos enseñarían probablemente que los errores son a veces cíclicos, como los que se cometen a hombros del poder. A falta de que de esta catarsis salga algo positivo, que está por ver, los tres partidos mayoritarios han aprovechado para airear lo peor de ellos mismos. Un PP noqueado, un PSOE maniatado, un Partido Independiente confuso y desbordado. Olvidan que los vecinos de San Javier no han confiado en ninguno de los tres para gobernar. No se fían. Por eso han obligado a los representantes electos a debatir, algo hasta ahora imposible en San Javier y, por lo que vemos en estos días, inalcanzable. Mientras el PP intenta salvar de la quema su reducida representatividad, los otros dos grupos que han aumentado sus votos inflan su ego pensando que serían el mejor gobierno posible si tuvieran el poder en solitario porque son incapaces de pensar con generosidad. Se ven a sí mismos como la salvación de un municipio que está harto de salvadores. Que espera más bien gente trabajadora, sencilla y con enormes orejas para escuchar a los vecinos. Un municipio que ha sido durante muchos años un negocio para unos pocos y que, a pesar de eso, ha seguido adelante con el espíritu emprendedor de sus empresarios y la riqueza natural que le ha tocado, sus playas y un Mar Menor sobre explotado. Los ramplones resultados que han obtenido los tres partidos son un mensaje claro de que el pueblo ya no quiere triunfadores en su ayuntamiento, sino políticos gestores capaces de escuchar. Que es precisamente lo que nadie está haciendo. No se le escapa ni al PP, que han sido sobre todos las actitudes más que los hechos las que han retirado apoyos al alcalde Hernández, sobre todo en los puntos calientes como La Ribera (aplastada por su enorme empecinamiento en imponer lo que los vecinos no quieren), La Manga (después de agotar las manifestaciones y quejas vecinales sin escuchar, tampoco lo ha hecho en los tribunales) o incluso, dónde hemos ido a parar, en la Ciudad del Aire (única mesa electoral donde ganaron los independientes). La retirada forzosa de Hernández es paralela a la de Pedro José Pérez, regidor durante los últimos 16 años de San Pedro del Pinatar. En el municipio salinero, la euforia sustituye en el sentir general a la incertidumbre de San Javier. Un pacto rápido y aparentemente sin fisuras ha comprometido en el gobierno al PSOE de José María García con el independiente Marcos Gracia. Lágrimas y abrazos tiñeron de histórico el momento del apretón de manos, lo que hace pensar que estos dos futuros gobernantes lo único que tienen que hacer es no empañar la ilusión.